La pobreza


   Hablar de "la crisis" se ha convertido en un hábito para los venezolanos: desde hace más de diez años se utiliza esa palabra en ámbitos académicos y en conversaciones informales, en discursos oficiales y en las noticias de prensa, para describir variadas circunstancias y problemas que se refieren a todos los planos de la vida nacional. La crisis nos agobia, nos circunda, y en esa sola palabra -inadecuada, para hablar con propiedad- se sintetizan la percepción del deterioro y la sensación de frustración que parecen haberse apoderado del país. Hay una clara conciencia de vivir un retroceso global que nos impone decrecientes niveles de vida y que se manifiesta en todas las áreas significativas de lo que llamamos lo social: educación, salud, vivienda, seguridad, servicios públicos.

    El problema de la pobreza resume, de algún modo, la compleja situación a la que acabamos de referirnos, y por ello se encuentra como en el centro de las dificultades por las que atraviesa Venezuela. Porque la pobreza no es solamente una magnitud cuantitativa, no es un fenómeno simple que tenga siempre el mismo significado en todo tiempo y lugar. No puede, por ello, ser comprendida a cabalidad por la vía de calcular un índice numérico determinado, pues existen aspectos cualitativos, históricos y vivénciales que es imprescindible tomar en cuenta para entender su significado dentro de una sociedad concreta. No todo lo que llamamos pobreza tiene el mismo sentido en todas las circunstancias, pues no se vive del mismo modo la pobreza en un país que se desarrolla o en uno que se empobrece, ni es igual el origen de la pobreza en una sociedad con altos ingresos por habitante o en una nación que vive en los límites de la subsistencia.


  



Extraído de Internet.
Autor: Carlos. A. Sabino